En nuestra
quinta visita a la casa hogar, decidimos empezar a motivar a los chicos más
directamente acerca de la biblioteca o sala de lectura que les tienen en
construcción. Pero nos encontramos con 2
sorpresas: la primera, que solo estuvieron 3 chicos de todo el grupo con el que
trabajamos la sesión anterior. La segunda, que todavía no saben nada acerca de
la biblioteca que les construirán, es decir, que es una sorpresa para ellos. De
manera que tuvimos que hacer ajustes en lo que llevábamos planeado y nuestra
sesión se realizó de la siguiente manera:
Bienvenida o recepción.
Durante este primer tiempo Gaby y Mony adaptaron el espacio con una mesa
que había ahí y sillas, les entregaron a los chicos (que no sólo eran de los
grandes sino de todas las edades) unos gafetes y unos marcadores para que
escribieran su nombre. Al mismo tiempo Gaby puso una cartulina en la pared con
la pregunta “¿Qué harías si muchos libros vivieran en este lugar?”. Mientras
tanto, Lili y yo preparamos 2 presentaciones en PPT que llevábamos para
proyectar unas imágenes en la pantalla que tienen en la sala.
Para pasar al segundo momento, la pregunta que hicimos fue si
conocían las bibliotecas e iniciamos un diálogo con ellos sobre el tema: ¿qué había en esos lugares? ¿para qué? ¿cómo
funcionaban?, etc. Y enseguida les mostramos las imágenes que llevábamos,
primero de bibliotecas del mundo y después de personas leyendo. Les hablamos un
poco de la importancia de las bibliotecas y del provecho que podemos obtener de
ellas.
Después Gaby los invitó a contestar la pregunta de la cartulina,
escribiendo su respuesta. Algunos tomaron en serio la actividad, pero otros lo
tomaron como juego, diciendo que los libros eran aburridos, que las bibliotecas
no servían para nada, que los libros se podían usar para todo, para romperse,
para quemarse, etc.
Al terminar esta actividad, Moni les presentó algunos libros que
llevábamos, con títulos diferentes. El plan era entregarles a los que habían
pedido el de los Cuentos de Quiroga, que habíamos leído la sesión anterior,
pero como sólo había 3 chicos que habían estado en esa actividad, Mony les
contó una experiencia suya con los libros y luego ella y Gaby los invitaron a
hacer una lectura coral, les prestaron los libros de los que llevábamos muchos
del mismo título y comenzaron a leer la
primera página del primer cuento. Pero nos dimos cuenta que algunos no leían,
tal vez porque no sabían o simplemente no querían. Entonces Gaby hizo una pausa y los invitó a
que voltearan su libro al revés e intentarán leer el siguiente párrafo así y
les resultó divertido a los que estaban siguiendo la actividad, pues
descubrieron que sí podían seguir leyendo aunque más despacio. Nos llamó la
atención que Andrés, un pequeño de 7 años, estaba concentrado en la lectura
desde que comenzamos. Es un hecho que no estaba entendiendo lo que leía, pero
él estaba disfrutando de la posibilidad de leer las palabras que estaban en el
texto.
Tuvimos que dejar la actividad en la primera página porque el tiempo
se nos terminó y como cierre, Mony hizo entrega de los libros a los 2 chicos
que sí se habían anotado en la sesión anterior, para antojarles la lectura les
mencionó algunos de los cuentos que venían ahí.
Los demás pequeños también querían un libro, entonces Mony optó por
decirles que los que realmente quisieran un libro, se anotaran conmigo y para
la próxima vez se los llevaríamos. Y como los vimos motivados con tener un
libro como los demás, lo que hicimos fue dejarles en préstamo a los que
quisieran quedarse con alguno y que nos los regresarían en la próxima sesión,
así que se quedaron muy felices con su libro para leer.
Como cierre de la actividad los invitamos a que posaran para la foto
con su libro que iban a leer. Cuando
bajamos las escaleras para salir de la casa, fue interesante para nosotros ver
que 3 de ellos ya estaban en una de las
áreas de la casa concentrados en la
lectura de su libro.
Equipo:
Mónica Márquez
Ana Bertha Meza (Autora)
Norma Márquez
Gabriela González (Coordinadora)







