lunes, 31 de marzo de 2014

Trucas y la lectura de imágenes

El jueves 27 de abril el equipo que conforma la tribu “Pata de perro” organizó la sesión para que en esta se trabajara la interpretación de imágenes y para que los niños asistentes cayeran en cuenta que el leer no se limita a un simple acto de desciframiento de letras.

Llegamos según lo acordado: 15 minutos antes de la sesión. Nos reunimos fuera de la casa hogar para afinar y repasar detalles. Al ingresar nos recibieron un par de mujeres –¿Vienen de Letra Uno? Nos dijo a manera de saludo. Adentro el pastor al teléfono nos apuntó el rumbo de nuestro ya conocida sala de trabajo.

Algunos de los chicos que se encontraban en la planta baja nos siguieron. Al principio se sentaron como quince niños, unos  iban y venían y otros permanecieron  con  nosotros a lo largo de toda la actividad. Esta ocasión dada la cantidad de niños se hizo más notable su diferencia de edades, pues había desde 3 ó 4 años (uno de ellos, muy inquieto, se orinó en los pantalones antes de comenzar con la actividad del libro) hasta 16, aproximadamente.


Comenzamos con el repaso de las reglas de convivencia de nuestra dinámica y los nombres de cada uno de los asistentes, en esta parte, hay que decirlo, estuvieron muy dispersos puesto que no había mucho interés por lo que decía el otro. Continuamos con la presentación de nuestra bandera de tribu, y cada uno de ellos pasó a pintar su mano como una huella de pertenencia al grupo.


Para el control de la disciplina, y sobre todo, para el mejor desarrollo de la actividad se les hizo hincapié en que su asistencia a nuestra actividad es de forma voluntaria y sí ellos no deseaban estar ahí era mejor que salieran de la sala y dejaran a los interesados, así que tras esta aseveración como tres niños se fueron escurriendo discretamente por la salida. También nos apoyó un niño “grande”, como de unos 16 años (no recuerdo su nombre), que supusimos al orden del pastor, se mantuvo en la ventana al pendiente de actividad y compañeros.

Al momento de la presentación del libro los niños se tranquilizaron y se pudieron enganchar al contenido gracias a los cuestionamientos guía de la actividad. Y aunque no llegaron a ser ordenados a la hora de participar la mayoría de ellos, chicos y grandes, se inmiscuyeron con la sucesión de imágenes de Trucas.  De esta forma, pudimos construir entre todos -rescatando las frases más precisas o ingeniosas- una narración escrita del libro.


Como cierre de actividad, leímos el cuento, y además otro niño improvisó oralmente su versión. También les pedimos sus impresiones de la dinámica y les preguntamos su preferencia por algún tipo de temática en especial para tomarla en cuenta en las sesiones siguientes. Finalmente,  a manera de despedida, unimos nuestros pies y formamos un círculo como símbolo de equipo (Patita de perro).

Nos despedimos de los chicos y del pastor (Ceci le agradeció  que nos enviará un chico a monitorear la disciplina). Rumbo al estacionamiento los miembros del equipo intercambiamos impresiones; en general, coincidimos con las dificultades para mantener el orden y las carencias o condiciones que entorpecen el desarrollo de nuestras actividades, pues especialmente, esta ocasión, los niños estaban muy sucios e incluso en la sala se concentraban ciertos olores desagradables.

No obstante, podemos afirmar alegremente que justo en la parte que más nos interesa, como lo es el acercamiento al libro y a la lectura, nos fue bastante bien,  debido a que nuestros asistentes colaboraron activamente en la lectura. Quizá -y esto es ya reflexión individual- sería bueno remarcar la diferencia entre las “clases” que ellos tienen de manera obligatoria y nuestra propuesta del goce y disfrute de la lectura.


EQUIPO:
Ceci Márquez
Oscar Rivas
Mirnha Ramírez
Vanessa Cabuto (Autora)
Karla Delgado (Coordinadora)

jueves, 13 de marzo de 2014

¿Quién paso por aquí?

Era 27 de febrero del año 2014, el reloj marcaba las 15:45, se sentía ya el calorcito de la primavera aunque esta aún no llegaba.

Uno a uno fueron llegando era un gran equipo formado por 5 espectaculares chicas (Karlita, Mirnha, Cecy, Vanessa y Lyli) y un apuesto galán (Oscar), quienes habían congeniado de una manera formidable y juntos podían planear lo más inesperado. Esta vez lo habían hecho 3 días antes. Entusiasmados y cargando todo lo necesario tocaron al fin, un chico les abrió la puerta, lo saludaron amablemente y allá a lo lejos se miraban algunos niños cerca de la escalera. Un formador (encargado de los más grandes de la casa les indicó que pasarán al salón de arriba dónde solían realizar sus actividades cada mes) y así fue. Subieron la escaleras, entraron al salón, acomodaron las sillas y así poco a poco fueron llegando los chicos, que en total sumaron 7.


Uno a uno como pez en el agua dirigió su parte de lo planeado, la bienvenida, la lectura, la actividad, etc. etc.) Al principio todos parecían atentos, cosa que no duró mucho pues pronto se empezaron a distraer y hasta reñir por simplezas entre ellos (nada grave). Al mismo tiempo que demostraban interés en la lectura fácilmente se distraían.

Hablaron del escudo que los representaría como “Tribu” que ellos mismos habían elegido, pero ya habían olvidado “Pata de perro” el niño encargado de hacer un diseño del mismo ni asisitió, total que hablar del tema ni les apasionó…

Después con su fuerte voz El chico del equipo Oscar dio lectura al libro elegido, el protagonista “¿Quién pasó por aquí?” trataba de adivinar por descripciones de qué animal se trataba, qué comía, cómo era, qué forma tenían sus huellas. Se emocionaron!!!

Luego les repartieron juegos de cartas con las imágenes de dichas huellas que uno a uno debían poner delante de la imagen del animal descubierto, cosa que no fue tan fácil pues, no escuchaban las órdenes y no respetaban a los demás compañeros, corrían, gritaban y hasta volaban las cartas.


Pero aún así siguieron, se habló de su hábitat, del sonido que hacían, qué comían, etc. Luego compartieron con cuál de ellos se identificaban y porqué, algunos se reían y poco se escuchaban, parecía que no habían entendido las reglas del juego que eran; saber escuchar, levantar la mano para intervenir.

Pero siguieron se les habló de la importancia de proteger a los animales y aún más pues algunos están en extinción, otros por tenerlos en cautiverio, otros por ser maltratados al utilizarlos en los circos, otros agredidos en las corridas de toros o peleas de gallos.


Ya para terminar se les comprometió para formar parte de la “Sociedad protectora de animales” en ese momento ya estaban muy dispersos, rápido se hizo el cierre, había transcurrido una hora y era tiempo de marchar.

Se despidieron y se les invitó a no faltar la próxima.
Agotados y cansados recogieron sus cosas y se dirigieron a la salida. Afuera estaba el pastor que sin más sólo les dijo: Adios.


EQUIPO: 
Ceci Márquez
Lili Márquez (Autora)
Oscar Rivas
Mirnha Ramírez
Vanessa Cabuto
Karla Delgado (Coordinadora)

lunes, 3 de marzo de 2014

Proyecto Aleegre: Doce Piedritas



Introducción
Este año, uno de los principales propósitos de Letra Uno es llevar hacia más lugares y personas el placer de leer y compartir un libro. Por eso nace Aleegre, el espacio que agrupa las iniciativas de extensión social de nuestra labor promotora de lectura.

Esta vez queremos llegar a un público especial: los niños de la Casa Hogar Doce Piedritas, a quienes visitamos por primera vez en el mes de diciembre. Desde noviembre, un gran equipo ha estado trabajando en el diseño de un programa que nos permita visitarlos tres veces por mes, pasar tiempo con ellos para jugar, conocerlos, acompañarlos y desde luego despertar la curiosidad por los libros y la lectura.

Junto a ellos Letra Uno quiere expresar en un proyecto concreto su servicio a sectores de la sociedad con pocas oportunidades de acercamiento afectivo a la lectura. Además, con esta iniciativa, buscamos que el equipo Letra Uno estreche sus lazos como comunidad de servicio a los demás y enriquezca su experiencia de impulso a la lectura.

Propósitos
  • A corto plazo: Nuestro propósito es el impulso de la experiencia lectora entre los chicos de la casa Doce Piedritas, desde la afectividad; de tal manera que la imagen que tienen sobre la lectura y la palabra se vaya transformando de lejana a cercana, de difícil a fácil, de fría a cálida.
  • A largo plazo: También nuestro propósito es proporcionar herramientas estratégicas para que posteriormente ellos mismos se acerquen a la lectura de manera independiente, para lo que facilitaremos la creación de una sala de lectura en casa.
Destinatarios
  • Directos: niños y adolescentes que viven en la Casa Hogar Doce Piedritas.
  • Indirectos: encargados de la Casa Hogar Doce Piedritas, equipo Letra Uno.
Participantes
  • Diseño de la propuesta: equipo de 15 participantes de Letra Uno.
  • Coordinadoras: Ana Bertha Meza y Mónica Márquez
  • Equipo base: 3 equipos de 4 a 6 integrantes cada uno, con una coordinadora al frente.
  • Equipo de respaldo: En vinculación con los diferentes Círculos de Lectura que conforman su directorio, Letra Uno ha abierto la participación a los integrantes que quieran participar como acompañantes, apoyando al equipo base.

Bases metodológicas
La narrativa infantil es una maravillosa llave para acercarnos a chicos que han sufrido situaciones difíciles. Nuestra propuesta de apoyo a la casa hogar es no académica sino lúdica y afectiva. Creemos que la literatura “es una herramienta eficaz para entrar en el mundo interior de los niños, pues les permite vivir situaciones compartidas desde una distancia seguridad. Además, leer historias atractivas facilita la integración de los menores en la intervención y les brinda una oportunidad de construir y reelaborar su propia narrativa vital con la suficiente distancia emocional. Del mismo modo, la lectura facilita el aprendizaje de nuevas formas de afrontamiento de situaciones conflictivas presentadas de diferentes maneras, algunas de ellas similares a las que se hayan podido vivir.” (Yubero)

El punto nodal de nuestra intervención es la cercanía y la calidad de la relación afectiva con los chicos. Por tanto, la clave de nuestro trabajo estará en lo actitudinal, más que en lo conceptual o lo procedimental. Un mediador cálido, auténtico, disponible, respetuoso, paciente, abierto y alegre, relacionándose con ellos desde la aceptación, colaboración y complicidad.